A la Real, Ilustre y Fervorosa Hermandad Sacramental de la Pura y Limpia Concepción de la Stma. Virgen María, Ánimas Benditas del Purgatorio y Cofradía de Nazarenos del Stmo. Cristo de la Salud, Mª Stma. del Refugio, Santa Cruz, Ntra. Sra. del Patrocinio, Santa Bárbara y San Bernardo de Sevilla.
DESCRIPCIÓN
María Santísima del Refugio, con su arrebatador neo-clasicismo, representa una marcha configurada en dos partes bien diferenciadas, si bien contienen breves sub-secciones entre dichas partes. La primera sección comprende de forma fulgurante y tripartita la introducción, el fuerte de bajos y la repetición de la introducción. El estilo renovador del autor incluye las innovaciones y originalidades dentro del vestido de sencillez clásica que reviste la partitura.
La introducción es un diálogo entre cornetas y melodía de la banda, siendo esta una grácil melodía andaluza, con un colchón triunfal con un efecto de movimiento en corcheas de los bajos para dar empaque y dinamismo a la sección, mientras que la melodía de la corneta tiene referencias tomadas del Brigada Macías natural del barrio de San Bernardo. Sin solución de continuidad aparece el fuerte de bajos, cuya melodía toma referencias esta vez del himno de la armada, entidad militar con gran vinculación con la hermandad que se desarrolla de manera fugaz con brillantes contestaciones por parte de la corneta y escalas en la madera. Tras esta, se repite la introducción de manera literal para finalizar en cambio de tono al relativo menor, que dará paso de manera sorpresiva a la segunda parte de la marcha, un doble trío. El primero expone un ambiente sonoro cargado de romanticismo y nostalgia, como el de una estampa ya vivida en el pasado.
Esta nostalgia está aderezada con una melodía de cierto carácter profundo andaluz, y un colchón armónico sencillo pero colorista por momentos. El delicado y emotivo lirismo de la melodía, representada por los instrumentos agudos de la banda, sirve de contrapunto a toda la primera parte, da sosiego y calma a toda la música frenética del comienzo. Habiendo cumplido el objetivo, la música torna triunfal y gloriosa en el segundo trío, una música sencilla desprovista de artificios, y que en su segunda repetición se ve rematada con la brillante aparición de las cornetas. La marcha pone su broche de oro con una breve pero lúcida aparición del tema la introducción de la marcha, que da justo sentido a toda la obra.